28 de julio de 2012

Ácidos grasos Omega-3 para combatir el Déficit Atencional


En la actualidad, el Déficit Atencional (DA) es un trastorno que afecta entre el 3 y el 7% de la población escolar chilena, representando el 75% de los motivos de consultas a especialistas.
Esta patología, que afecta la capacidad del individuo para prestar atención, muchas veces conlleva a la falta de concentración y control de la conducta, lo que se puede observar claramente cuando los infantes no son capaces de estar sentados por largos periodos de tiempo gracias a la inquietud e impaciencia que estos presentan, considerándolos a su vez hiperactivos.
En los niños con Déficit atencional, se pueden detectar conductas que nos hacen un llamado de alerta para poder tratarlos, siendo estas:
  • Conducta motora excesiva: los niños desde las primeras semanas de vida se presentan muy inquietos y movedizos.
  • Problemas de sueño: por lo general no duermen lo suficiente, se despiertan varias veces durante la noche y tardan en conciliar el sueño.
  • Problemas de alimentación: al ser inquietos y no poder controlar su conducta, este tipo de niños come ansiosamente y se mueve durante las comidas, lo que conlleva a un mal proceso de deglusión, provocando los comúnmente llamados “cólicos”.
Es importante destacar que muchos padres ven como única alternativa de tratamiento la incorporación de fármacos derivados del metilfenidato para controlar el síndrome que padecen sus pequeños, omitiendo muchas veces opciones más saludables que permiten a los niños desarrollarse y potenciar sus habilidades, sin someterse a los medicamentos.
Una alternativa para mejorar los síntomas de estos pequeños es la suplementación con Omega-3, el cual proviene de los pescados azules y forma parte de todas las células de nuestro cuerpo, siendo el compuesto principal de nuestro sistema nervioso.
Dentro de la familia de los Omega-3, se encuentra un ácido graso llamado EPA, el cual se ocupa del buen rendimiento mental, y otro denominado DHA que se encarga de estructurar nuestro sistema nervioso, siendo muy importante los primeros meses del embarazo.
Hoy en día, el consumo insuficiente de omega-3 en la dieta se presenta como uno de los responsables del aumento de desordenes mentales infantiles como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), dislexia y agresividad, siendo la incorporación de omega-3 en la dieta la solución a estas enfermedades, según lo destaca el estudio Oxford-Durham realizado durante el año 2003, en donde niños con retraso escolar dificultad de aprendizaje, hiperactividad, déficit de atención, agresividad y mala sociabilidad mejoraron al consumir durante tres meses perlas de ácido grasos EPA y DHA.