Los hidratos de carbono se pueden encontrar de dos maneras: complejos, llamados así porque su digestión es más difícil y eso hace que nuestro cuerpo los absorba lentamente, y simples, también conocidos como azúcares, los cuales absorbe muy fácilmente nuestro cuerpo y eso hace que aumente rápido el azúcar que circula por nuestra sangre. Las frutas por lo general tienen de los dos tipos de hidratos de carbono, es decir, los complejos y los sencillos, pero predominan los sencillos. Debemos ser prudentes y precavidos en el consumo de las frutas y respetar la cantidad de porciones que ingerimos diariamente, puesto que un consumo desmesurado de frutas se traduce en un aporte en exceso de azúcar al cuerpo.
El azúcar que contienen las frutas se llama fructosa; hay frutas que contienen más azúcar que otras, como plátano, mamey, zapote y mango, entre otras. También es importante saber que el contenido de azúcar de una fruta aumenta mientras más madura se encuentre ésta.
Desde luego que podemos comer de todas las frutas, sin embargo hay que moderar el consumo de aquéllas con mayor contenido de azúcar y tomar en cuenta que si de ellas vamos a hacer un jugo o concentrado debemos limitar aún más el azúcar de mesa que se le agrega o, de preferencia, no agregársela, ya que lo dulce de las frutas es una de sus características principales.
Ten en cuenta que el exceso de azúcar, así como el exceso de cualquier alimento o nutrimento en nuestra alimentación, puede llevarnos a padecer sobrepeso u obesidad, y esto a su vez predisponernos a padecer otras enfermedades cardiometabólicas como hipertensión, diabetes o las dislipidemias.
Entonces, para controlar la cantidad de azúcares que ingerimos diariamente, lo más recomendable es consumir de dos a cuatro porciones de frutas al día y elegir aquéllas que estén en su punto de maduración. Algunos ejemplos de porciones de frutas son una manzana, medio plátano, una taza de melón, dos naranjas, media pera. Si queremos tomar jugos, una porción equivale a media taza o 240 mililitros.
Recuerda que nuestro cuerpo requiere diariamente el aporte de azúcares y otros nutrimentos para producir energía; sin embargo, lo más importante es que el azúcar requerido provenga de frutas y no del azúcar de mesa o golosinas.