La piel sufre un considerable desgaste celular si la exponemos al sol demasiado rato y sin protección. Ese desgaste causa daños que no siempre son visibles a simple vista. El fotógrafo y realizador Thomas Leveritt ha situado una cámara en un parque para mostrar a los viandantes cómo son esos daños en nuestra piel bajo una iluminación ultravioleta. La luz ultravioleta acentúa y saca a relucir las manchas, arrugas y lesiones que el sol provoca en nuestra piel y que no son visibles a simple vista.
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