28 de enero de 2014

VECINO VIGILANTE YUCATAN | ¡Brasil libera a 1.106 esclavos en la Amazonia!


La policía federal e inspectores de trabajo brasileños liberaron el lunes a 1.106 trabajadores esclavos en una plantación de caña de azúcar en el Estado de Pará, en la zona amazónica. La liberación es la mayor jamás realizada por las autoridades desde que en 1995 el Gobierno comenzara a combatir oficialmente el trabajo forzado. Las personas liberadas, mayormente hombres de entre 18 y 40 años, habían sido captadas en Estados del noreste del país y trasladadas a la Amazonia. Les prometen altos salarios y contraen una deuda con sus empleadores por el transporte, el alimento y las herramientas de labranza. Como luego no les pagan, quedan esclavizados por las deudas. Hay entre 25.000 y 85.000 esclavos en Brasil, según diferentes organizaciones.
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"Sé que parece que estuviésemos hablando del siglo XIX y estamos en el XXI, pero hablamos de esclavitud. La diferencia es que aquí no hay distinción de razas: hay negros, blancos, indígenas... El denominador común es que todos son pobres, muy pobres", cuenta Luis Machado, de la oficina de la Organización Mundial de Trabajo (OIT) en Brasilia.

Los más de mil esclavos fueron liberados de una propiedad de la compañía agrícola Pagrisa, cercana a la ciudad de Ulianópolis, en el amazónico Estado de Pará. Habían sido "contratados" por los llamados gatos -agentes que actúan en nombre de los hacendados o empresas- en los paupérrimos Estados de Maranhão y Piauí, a cientos de kilómetros de allí, en el noreste del país.

"Van allí y les prometen buenos salarios. A los que aceptan les adelantan un dinero para el transporte, para la comida del primer mes y para el alquiler de los instrumentos de labranza. Cuando comienzan a trabajar ya no les pagan y quedan esclavizados por la deuda contraída. Los liberados de Pará estaban en una plantación de caña de azúcar, pero la mayor parte de estos esclavos los utilizan en las labores de deforestación en la Amazonia profunda, lugares de acceso difícil donde es complicado para las autoridades detectar el trabajo esclavo", explica Machado.

La principal vía por la que el Gobierno se entera de estos abusos son los sacerdotes. Los pocos esclavos que logran escapar van a las iglesias más cercanas para hacer la denuncia porque no se fían ni de la policía ni de las autoridades civiles locales. "Ha habido casos en que la policía ha devuelto a los trabajadores a las haciendas. Allí los castigan muy duro", dice Machado.

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