Hay un montón de tipos de bicicletas en el mercado, de montaña, de ruta,
triatlón, de pista, las nuevas 29r, bmx… Cada una de ellas está pensada
para servir a un propósito específico. Las BMX están pensadas para
hacer trucos y por lo tanto resistir una buena cantidad de golpes en su
vida útil. Las de ruta están pensadas para sacar lo mejor de tu
desempeño físico en largos viajes y, como en la mayoría de las
bicicletas pensadas con fines deportivos, el peso es un tema relevante,
porque a quienes se ganan la vida compitiendo, 3 milisegundos puede
significar la diferencia entre primer y segundo lugar. Cada gramo menos
en la bici cuenta y también cuesta, haciendo de estas máquinas objetos
bastante caros.
Más bicis en la calle, da lo mismo del modelo que sean, es una bueno
para todos. Pero hay que tener en cuenta que, así como es posible sacar
una tuerca con un alicates o borrar con una miga de pan lo que has
escrito con lápiz grafito, es posible moverse en la ciudad con una MTB o
una bici de ruta, pero hace años que la llave francesa (punta corona) y
la goma de borrar fueron creadas para cumplir su propósito y lo mismo
es con las bicis. Utilizar la herramienta adecuada para el propósito
indicado hará que las cosas sean mucho más cómodas y sencillas.
En algún momento de la historia, me atrevería a aventurar que fue
justo cuando se produce el boom del automóvil gracias a la aparición del
crédito y otros instrumentos de financiamiento en cuotas, la bicicleta
comienza a ser olvidada y relegada en un segundo y tercer plano. La
industria de las bicis sobrevive gracias al giro exclusivamente
deportivo y la oferta del mercado se concentra casi exclusivamente en
bicicletas diseñadas con propósitos competitivos. La bici cae al estatus
de juguete o en los mejores casos, como aparato para andar por ahí
usando en el tiempo libre. Gracias al márketing terminamos mirando con
buenos ojos (culturalmente hablando) las bicis de “media pista” o ruta,
BMX y más masivamente a fines de los 80 y durante la década del 90, las
bicicletas de montaña.
A las bicis pensadas para la ciudad, las de tapabarros, parrilla,
canasto y cubre cadena, esas en las que uno pedalea erguido y
cómodamente sentado teniendo un campo visual amplio para contemplar el
entorno, la calificamos como “bicicletas de paseo”, teñida incluso como
la bici de los ñoños, la que se ocupa para andar por ahí dando vueltas
totalmente fuera de la onda adrenalínica de los trucos, la velocidad,
los saltos, el barro ganado cual trofeo en los cerros o el sudor premio
del esfuerzo en las carreras. Con esto el público que pensó en
bicicletas se redujo básicamente a aquellos que gustan del deporte. El
resto sacó la bici de su cabeza y se subió al auto.
“Bici de paseo”, que descripción más injusta para una bicicleta que
está diseñada para nuestras actividades cotidianas, para nuestro
transporte en la ciudad (y el campo), esa que nos permite y resiste
transportar amigos, novias, hijos, cargar compras en la parrilla,
subirnos y montarla sin preocuparnos de tomar resguardos especiales para
evitar las manchas con la cadena, esa noble bici que gracias a sus
tapabarros, nos permite movernos bajo cualquier situación sin que
andemos recogiendo el barro, el aceite y el agua del asfalto, para
llevarlo directamente a nuestra vestimenta.
Hoy el uso de la bicicleta está en plan de reconquista de las ciudades,
las que no dan más de contaminación, pérdida te tiempo en tacos, ruido,
muertes por siniestros de tránsito, mala onda y agresividad a causa del
estrés y el individualismo que la cultura del auto genera. La mal
llamada bici de paseo, que a partir de ahora reconquista su nombre
original “La bicicleta Urbana“, es la más cercana a
todos los ciudadanos y la más versátil, ya que está diseñada
especialmente para el día a día. En ella nos movemos a nuestros destinos
al mismo tiempo que hacemos de ese viaje utilitario, un paseo. También
la podemos ocupar exclusivamente para pasear y por qué no, para recorrer
grandes distancias a un ritmo natural, sin competencia.
Más bicis en la ciudad y más gente pedaleando en sus viajes cotidianos
es algo muy bueno, y para eso no importa mucho el tipo de bici que
elijamos o tengamos a mano. A raíz de la casi absoluta orientación de la
industria y el comercio de bicicletas hacia el ámbito deportivo y
competitivo, las bicis usadas para transporte en la ciudad son hoy,
predominantemente bicicletas deportivas con adaptaciones casi forzadas
para hacerlas más urbanas, de manera que presten un servicio más
utilitario. Tuvimos que adaptar nuestras máquinas, a veces de forma muy
creativa y artesanal (ahí destaca el clásico “Huaso Style”), para lograr
posiciones de conducción más cómodas (las bicis deportivas demandan una
postura inclinada), colocar tapabarros, colocar pinzas y cintas en
nuestros pantalones para evitar las manchas… y así una serie de
“parches” para que esa bici nueva que compramos preste servicio completo
a nuestra cotidianidad.
Describir la bici urbana como “bici de paseo” es una disminución
semántica del poder y potencial que tiene la bici urbana. Si bien cada
viaje en bici es un evento lleno de disfrute, hablando en el contexto
del transporte urbano (no me refiero a la recreación ni el tiempo libre)
la razón de nuestro pedaleo radica en que tenemos una actividad que
desarrollar en un lugar diferente al cual nos encontramos. Parte de esta
“disminución” a la bici urbana y el “gran prestigio” de las bicis
deportivas, se puede ver en las conversaciones cliente-vendedor en las
tiendas de bicis. Usualmente ante la pregunta “Qué bicicleta está
buscando”, contestan: “Una de paseo, si es para usarla aquí en la ciudad
nomás”. Usarla en la ciudad en los traslados cotidianos, que razón más
poderosa!, la que deberíamos asimilarla con la relevancia que tiene.
“Sr. necesito una bici para moverme en la ciudad, necesito que sea
cómoda, que me resguarde de las manchas y que me permita llevar mis
cosas y compras”. Esa es la bici urbana y para ese propósito fue
diseñada. Por lo que ahora, las cosas por su nombre, ya no más bici de paseo, hablemos con propiedad de la bicicleta urbana (o bicicleta de ciudad).
Muévete en bici hoy, será un buen día.