Marilyn Monroe, que la admiraba y gustaba de sus actuaciones, llamó a la dueña del club y explicó que si le daba una oportunidad a Fitzgerald, ella estaría allí todas las noches, lo que garantizaba al club una gran cobertura de prensa.
Fitzgerald dijo: después de eso, nunca tuve que volver a tocar en algún pequeño club de jazz, gracias al gran corazón de Marilyn Monroe, quien era una mujer inusual y adelantada para su época, y ni siquiera ella se daba cuenta.
Las mujeres seguras y reales apoyan a otras mujeres y las instruyen a ser felices y a triunfar en lo que amen hacer.
En cambio las mujeres inseguras pierden su tiempo criticando, envidiando y hablando mal de las mujeres que triunfan, que trabajan y son felices, porque les pica su éxito y criticar les ayuda a saciar su envidia y vacíos.
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