La chaya tiene más propiedades que la espinaca, pues mejora la digestión, ayuda a la circulación de la sangre, previene hemorroides y várices, baja el colesterol, aporta calcio, favorece los huesos, mejora el metabolismo de la glucosa (azúcar) y previene la anemia, según experta en nutrición.
Esta hortaliza regional contiene más hierro que la espinaca, tiene calcio y potasio, contiene caroteno, vitamina C, fibra y proteínas en niveles superiores a los que tienen los vegetales de hoja verde.
Sin embargo, no es totalmente aprovechada por la población.
Investigadores del CICY e incluso de Chapingo han mostrado que la chaya es rica en nutrientes, pero en los estudios de consumo detectan que la población no la aprovecha por considerar que es una hortaliza que sólo la comen las personas de bajos recursos.
De esta forma se dejan de aprovechar los beneficios de esta hortaliza que se cultiva en climas templados a cálidos.
“La chaya es resistente a lluvias fuertes y a la sequía. La planta se propaga por estacas leñosas de unos diez centímetros; el crecimiento inicial requiere de hasta 2 años, después del segundo año, las hojas pueden cosecharse continuamente, siempre y cuando la planta conserve más del 50 por ciento de sus hojas, lo cual garantiza un crecimiento vegetal sano”, informó Magnolia López Turriza, coordinadora operativa del Programa ¡Nutre y mueve tu vida! de la UADY.
Añadió que la espinaca no tiene niveles altos de proteínas.
“La espinaca en su mayor parte es agua y tiene muy bajo contenido de hidratos de carbono y grasa. Es uno de los vegetales más ricos en este nutriente. Es rica en fibra y en vitaminas antioxidantes A, C y E, y también tiene una considerable cantidad de vitaminas del grupo B.
“En cuanto a minerales la espinaca contiene calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio, fósforo y yodo. Sin embargo, su aporte de calcio y hierro es de poca calidad en comparación con los lácteos y la carne. Entre los beneficios para nuestro cuerpo promueve la salud de los ojos, fortalece nuestro sistema inmune y glóbulos rojos”, dijo.
La espinaca no es una verdura que se cultive en la región, pero la chaya sí y ante sus aportes nutricionales se recomienda comerla con huevo o agua de chaya, o en el platillo tradicional Ts’o tobil chay.
Precaución
Sin embargo, advirtió que la chaya no debe consumirse cruda porque las hojas son tóxicas.
“Las hojas crudas de la chaya contienen una sustancia similar al cianuro. Por esta razón, se debe cocinar antes de consumirla, con lo que se desactivan sus componentes tóxicos. Algunas variedades poseen en sus hojas unos pelos urticantes que pueden requerir el uso de guantes para su recolección. La cocción los inactiva”, dijo.
Esta verdura crece en los patios de muchas casas e incluso puede conseguirse en el mercado y supermercados.