Han pasado seis años desde la muerte de su dueño, y este fiel pastor alemán llamado Capitán no se separa de la tumba de su dueño.
En vida, el argentino Miguel Guzmán fue el dueño de este pastor alemán llamado Capitán, desde que murió hace más de seis años, todos los días recibe en su tumba la visita, casi religiosa, de su fiel amigo canino. El amor que este perro demuestra por su dueño, a quien considera su maestro, es imperecedero y devoto.
Capitán huyó de su casa en 2006, cuando su dueño murió, y una semana después, la familia lo encontró en el cementerio, aullando y “llorando” de dolor al lado de la tumba en el cementerio de la ciudad de Villa Carlos Paz. Miguel compró este perro en 2005, como regalo de cumpleaños para su hijo Damián, de 13 años. En marzo del año siguiente, Miguel murió de forma repentina y cuando la familia regresó del funeral, el perro ya no estaba.
“Lo estuvimos buscando pero, simplemente desapareció por completo. Incluso llegamos a pensar que alguien lo había atropellado. A la semana siguiente, cuando fuimos al cementerio, el joven Damian reconoció a su amada mascota. Capitan vino a nosotros ladrando y gimiendo, como si estuviera llorando” Dijo Veronica, la viuda de Miguel. Ella dice que nunca llevó al perro al cementerio, así que la pregunta de cómo descubrió la tumba de su amo permanece sin respuesta. Damian trató de llevar al perro a casa varias, pero inevitablemente siempre volvía al cementerio. “Creo que va a permanecer allí hasta el día de su muerte, al cuidado de mi padre“, dijo Damián. Pero para la fortuna de Capitán, los trabajadores del cementerio se han encariñado tanto con el animal que regularmente le ofrecen alimento.
