26 de enero de 2015

De niños tiranos a adolescentes agresivos: el precio de la falta de límites en la infancia


Los niños con falta de límites tendrán dificultades para alcanzar los objetivos propios de la adolescencia ya que, difícilmente, lograrán consolidar una identidad sólida

¿Qué puedo hacer para que mi hijo no se vuelva violento?
  • La palabra clave es la educación. Debemos ser conscientes de que los hijos son una gran responsabilidad y en nuestras manos está su futuro. Por ello, es necesario dar un ejemplo de tranquilidad en todo lo que hagamos, para que ellos nos imiten.
  • Desde que el niño nace, debemos establecer lazos de comunicación con él y evitar que se rompan a lo largo de los años. Es necesario mantener conversaciones con nuestros hijos adolescentes periódicamente y escuchar con  mucha atención lo que nos dicen.
  • Evitemos tener en casa cualquier conversación donde se hable de odio y rencor, y transmitamos a  nuestros hijos aquellos valores que consideremos más importantes.
  • Nuestros hijos se deben sentir amados, no es suficiente  dar por sentado que ellos ya lo saben. El amor es el antídoto más eficaz contra la violencia. Debemos pensar que casi todos los actos delictivos que se dan en adolescentes son debidos a carencias familiares.
  • Mantén el ánimo y mucha constancia y que tu paciencia no se agote nunca.


Adolescentes agresivos y violentos ¿Qué es lo que no debemos consentirles?
  • No cumplir las reglas de casa. Tener una disciplina significa enseñarle.
  • Conseguir siempre lo que quiere. Hay que saber decir un “No” a tiempo que le ayudará a afrontar sus frustraciones y aprender a dominar sus pulsiones.
  • Resolverle todos sus problemas. Hay que darle espacio y tiempo para que el aprenda a desarrollar sus habilidades de solución de problemas.
  • Que muestre faltas de respeto a los padres. Siempre se le dice, enérgicamente pero sin gritar, que esa conducta no se le va a permitir.
  • No debes permitirle que no te obedezca. A veces, el hecho de que nos desobedezcan nos hace “gracia” –fíjate, si ya tiene personalidad- pero nos equivocamos. Solo  le estarás ayudando a imponer su poder y a crecer pensando que las normas van con él.
  • No permitas que te haga caer en sus chantajes. Precisamente uno de los principales motivos de los “niños tiranos” es que nuestra sociedad es cada vez más permisiva de manera que educamos a los niños en sus derechos pero nos olvidamos de sus deberes que los tienen, también. Por tanto, nos apuntamos al “para qué poner límites” o “los límites son malos, ¿no?” con lo cual les dejamos hacer, más o menos, lo que quieren.

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