19 de noviembre de 2012

VECINO VIGILANTE YUCATAN: El combate a la obesidad y sobrepeso sólo se cumple a medias


Aunque desde hace tres años existen disposiciones de carácter federal y estatal para modificar la alimentación de los niños en las escuelas, lo cierto es que el combate a la obesidad y sobrepeso sólo se cumple a medias por la falta de colaboración de los padres de familia y la presencia de venteros de comida chatarra a las puertas de los planteles.

Apenas la semana pasada se conmemoró el Día internacional contra la diabetes y se publicó la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, en la que se confirma que la obesidad y sobrepeso no sólo no se han reducido, sino que han aumentado ligeramente en algunos grupos de edad, principalmente en niños.

POR ESTO! realizó un sondeo en escuelas primarias tanto públicas como privadas y detectó lo siguiente: en algunos colegios se cumple al pie de la letra las disposiciones; otras, para evitarse problemas, cerraron sus cooperativas; en otras se inspeccionan loncheras antes de que los niños ingresen a la escuela y, las menos, cuentan con nutriólogo.

Pero el talón de Aquiles es el mismo: la poca conciencia de padres y la presencia de venteros de comida poco o nada saludable.

“De qué sirve que se haga conciencia, que se cumpla con lo requerido, si los padres siguen fomentando la alimentación desbalanceada, consumen refresco, comen sabritas o resuelven el problema pasando al Oxxo a comprar el lunch”, dijo el director Omar Pedrera Cabrera, de la escuela pública Manuel Cepeda Peraza.
Según alumnos y padres de familia del Centro Educativo Aprendices, una escuela particular ubicada en la Colonia México, los niños de este plantel ni siquiera han sido pesados y medidos; la tienda escolar vende botanas fritas envasadas, aunque de menor tamaño que las tradicionales; hay a la vista refrescos, si bien sólo se venden a los maestros.

En las clases de deportes de este centro se dedican a ensayar eventos conmemorativos o tablas rítmicas.
De acuerdo con los relatos de los padres de familia y los propios niños, existe una franca relajación en materia de nutrición y deportes, pues al personal docente para no importarles.

Sin embargo, los padres de familia reconocieron que los lunches que envían a sus hijos figuran sándwiches de crema de cacahuate, galletas y cereal.

Lo ideal

De acuerdo con las Secretarías de Salud y de Educación Pública, el lunch o refrigerio de un niño de primaria debe tener en promedio de 150 a 200 calorías.

Por ejemplo, una quesadilla asada con tortilla de maíz con queso panela y aguacate suma 116 calorías.
Medio sándwich de jamón de pavo con aguacate, lechuga y jitomate, suma 133 calorías.
Medio pan para hot dog con media salchicha y jitomate suman 130 calorías.
Media taza de pepinos, tres palitos de pan, una rebanada de jamón de pavo son 112 calorías.
Pero estos menús difícilmente se ven a la hora del recreo.

La mejor

La escuela pública primaria Manuel cepeda Peraza presenta avances en materia de combate a la obesidad y sobrepeso.
El director Omar Pedrera Cabrera dijo que el secreto está en la organización y disciplina, ya que ni siquiera los maestros toman refresco.
“Tenemos un libro que es el programa de acción en el contexto escolar y habla de cómo preparar el refrigerio escolar y tener una alimentación correcta, pero es un manual para los padres de familia y maestros; nosotros lo estamos siguiendo y estamos aprendiendo que los lunch, que son refrigerios, deben ser de 150 a 200 calorías y la torta de cochinita tiene 4 veces más que lo ideal.
“Estamos siendo apoyados por un nutriólogo que de forma voluntaria está con nosotros ayudando a entender, desde el plato del buen comer, no excederse, la importancia de las porciones de fruta y verdura, tomar agua y nuestra tienda escolar cumple con las medidas, no hay refresco, sólo agua, pero los refrigeradores siguen diciendo Pepsi, porque si no, nos los quitan”, dijo el profesor.
POR ESTO! visitó esta escuela cuando se capacitaba a los padres de familia en los menús que pueden enviar a sus hijos para el refrigerio y se observó que hay sugerencias para todos los días, como arrolladitos de paté de carne y zanahorias con chile, o el equivalente a 2 cereales, 1 proteína animal y una verdura.
“Todos estamos en pláticas, tanto maestros, como alumnos y padres de familia, es un trabajo conjunto, incluso los venteros, porque es correcto que aunque se cumplan todas las disposiciones si los padres no participan no tiene caso”, dijo nuestro entrevistado.
En esta escuela 7 de cada 10 niños lleva su lunch y el 70 por ciento suele llevar comida chatarra, como papas, refresco, chocolates y galletas.
De martes a viernes tienen activación física, además de la clase de deportes.

Cierra cooperativa

En la escuela Leopoldo Aguilar Roca, para no enfrentar problemas, prefirieron eliminar la cooperativa de la escuela.
“No tenemos cooperativa, no hay nutriólogo, los refrigerios dependen de cada alumno y veo que traen tortas, quesadillas, nuggets, salchichas, manzana, pero nosotros no intervenimos en nada; cumplimos al no vender nada, la presencia de obesidad en esta escuela es de 10 por ciento”, dijo el director Felipe Mis Alvarado.
Agregó que el problema es de los venteros y de los padres de familia porque compran botanas y las ingresan a la escuela.
Esta escuela carece del manual para preparar el refrigerio escolar y tener una alimentación correcta, editado por la SEP y la Secretaría de Salud.

Al margen

En la escuela David Vivas Romero, el director Armando Cabrera Cantú comentó que la cooperativa escolar cumple con la norma de vender botanas en el tamaño que se estipula, además de que hay seguimiento de peso, talla y activación física.
“Los maestros de educación física son los que los miden y pesan y si hay alguno que tenga sobrepeso o tenga obesidad se le dice a los papás para que sigan los pasos pertinentes. No nos han dado ningún manual de cómo preparar el refrigerio, sólo hemos recibido los tamaños y productos que se permiten, pero de qué sirve eso si los papás mandan a los niños con papas y refresco o con sopas, galletas, todo eso lo traen ellos y nada podemos hacer”, señaló.
En esta escuela hay una presencia de obesidad del 15 por ciento de los alumnos, según un estudio que hizo la Unimayab, pero no tenían los datos de peso y talla que tomó la Secretaría de Salud en todas las escuelas.

Conciencia

En la escuela privada Jenaro Rodríguez Correa, los 380 alumnos de primaria que dirige la madre Velma Dip Vargas Santillán, llevan refrigerios saludables, aunque hay un abuso de salchichas y jamón; en la cooperativa se venden antojitos, pero asados, sin grasa, como panuchos y quesadillas.
“Vendemos agua de jamaica, que es diurética, tenemos menús diferentes, hoy hay panuchitos asados, en las juntas de padres de familia se les sugiere cambiar el lunch diario, porque comen mucho embutido, no vendemos Sabritas, es preocupante que la nutrición de los niños es deficiente y aún así hay papas que los mandan con lunch poco saludables, pero nosotros seguimos las normas”, dijo.
Esta escuela no cuenta con nutriólogo, pero chicos y chicas sí hacen activación física de martes a viernes; el 25 por ciento de los niños presentan obesidad.
No venden frutas o verduras porque no las compran los niños.
“Veo que los niños traen en sus loncheras salchichas, botanas, chocolates, galletas, dulces, jugos, cosas de harina”, dijo.

Revisión
En la escuela José María Pino Suárez, el director Gener Canul Pacab comentó que los niños tienen activación física todos los días, excepto el lunes; hay una maestra encargada de inspeccionar las loncheras y prohibir la entrada de alimentos chatarra como refresco, botanas o productos no saludables.
“Los papás los mandan con lunch poco saludables, pero no los dejamos entrar; es cierto que mucho recae en ellos, y que no tienen tiempo, pero hay que hacer conciencia entre todos; los niños no pueden estar comiendo cosas que son dañinas a su salud; en esta escuela no aumentó el sobrepeso en un año y no tuvimos obesidad; es un avance”, comentó.
En este plantel tampoco hay cooperativa, pero la hija de la conserje vende frutas y verduras, así como desayunos para los chiquitos, todos inspeccionados por la maestra.
En esta escuela tampoco había llegado el manual de refrigerios de la SEP.
Alumnos del Instituto México y de la Escuela Gonzalo López Manzanero dijeron que sus refrigerios han cambiado, que extrañan las botanas, y que algunos no llevan lunch porque les dan dinero.
“Mi mamá pasa al Oxxo a comprarme mis Sabrita”.
“A mi me dieron mi torta”
“Yo espero a mi mamá a que traiga la torta”, fueron algunas de las respuestas de los niños.