Las quemaduras e intoxicaciones con humo se disparan a partir de esta temporada, principalmente, en las viviendas pobres, donde aún se usa el fogón para calentar el hogar, advirtió la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY).
En consecuencia, el Consejo Estatal de Prevención de Accidentes de Yucatán (Coepray) debe fortalecer el operativo de concientización a las familias pobres sobre el buen uso de fogón, las precauciones que uno debe de tener y el no utilizarlo durante las noches.
Tan sólo la semana pasada, cada seis horas, en el Estado se atendió a una persona con quemaduras en alguna parte de su cuerpo.
Debido a las bajas temperaturas que provocó el frente frío número 10, así como la masa de aire polar continental, se registraron diversos accidentes con el empleo de fuego, cuyos datos se darán a conocer con detalles, la próxima semana.
En lo que va del año, en la entidad ya se registraron mil 478 casos de personas con quemaduras que fueron atendidas en hospitales del Estado, tanto públicos como privados.
Con respecto al mismo período de 2017, hay un aumento del 4.1 por ciento, cuando la suma fue de mil 419.
Para disminuir este problema, la SSY debe de realizar un operativo de difusión de las respectivas medidas de prevención y atención a las familias pobres sobre el buen uso de fogón, las precauciones que uno debe de tener y el no utilizarlo durante las noches, pero hasta el momento no lo lleva al cabo.
El mayor problema de personas con quemaduras e intoxicadas con humo se registran en las comunidades pobres, donde las familias utilizan el fogón para la elaboración de los alimentos, y en la temporada invernal, para bañarse así como para mantener caliente la vivienda, principalmente, en las noches.
Caso contrario ocurre en Mérida y municipios conurbados, ya que el principal problema es con los niños, quienes sufren quemaduras con agua o comida caliente, cuando los contenedores están en la estufa, la mesa o en el baño, principalmente.
La probabilidad de que un niño sufra de quemaduras en el interior de su domicilio aumenta considerablemente cuando ambos padres de familia trabajan, ya que la vigilancia es mínima.
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