Diariamente se robaron en la CDMX un promedio 2,000 teléfonos móviles que dejó los delincuentes alrededor de 198 millones de dólares, según un datos del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia. “Muchos de los aparatos robados son usados después para cometer extorsión, secuestros y fraudes”, dijo Salvador Guerrero, presidente del Consejo Ciudadano.
También promovió el veto de la venta de celulares en mercados ambulantes y tuvo éxito en el congreso.
Las medidas fueron aplaudidas, pero, a ojos de legisladores de provincia, el delito continuará si en el resto del país no hay un combate: a nivel nacional el 51% de los robos en transporte público y callejeros se enfocan en celulares.
La tentación del hurto tiene un sustento matemático: datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) precisan que el 73.5% de la población en México de seis años o más utiliza teléfono celular.
Los estados con las ciudades más populosas reconocen la problemática está presente y comienza a desbordarse.
En el centro de Oaxaca, Germán Ali, un asaltante que atacó con una navaja a una adolescente estuvo a un paso de ser linchado cuando, tras los gritos de la muchacha, una turba se le vino encima y lo golpeó hasta romperle la nariz, según documentó la prensa local que llegó al lugar de los hechos a la par de los municipales que evitaron la muerte.
En Jalisco, la policía de Zapopan ––en la región conurbada de Guadalajara, detuvo en días pasados a un hombre de 21 años que se había robado en una sola noche de 200 aparatos durante el festival de música Coordenada.
Poco después de esta aprehensión, una iniciativa del diputado local Javier Romo propuso una radicalización del combate son la persecución del delito por oficio (sin necesidad de denuncia); penas de hasta 15 años si el robo es con arma de fuego; una década si se usa la información de manera dolosa y novedades en la cadena del robo.
Sugiere tres años de cárcel a quienes los vendan y año y medio a quien compre un equipo robado. “Aquí no hay mercado sin consumo: hay que reconocer las fallas de manera integral o esto seguirá por años”.