En el futuro, esto generará un adulto que no sabrá respetar ni ver los límites ni hasta dónde sus comportamientos pueden afectar a los demás.
Los daños de no poner límites a nuestros hijos
Establecer límites para los niños se trata de establecer una pauta sobre cómo comportarse, incluso cuando no existe una regla familiar relevante. Como no se puede establecer una regla para todo, los límites son necesarios para que los niños se comporten correctamente.
Establecer límites puede ser difícil por varias razones. A veces, los padres se sienten culpables por decir «no» o quieren evitar el resentimiento y el exabrupto del niño. Sin embargo, los límites son importantes para los niños. Les enseñan cómo comportarse correctamente y les dan la oportunidad de perfeccionar algunas de sus habilidades.
Los niños que viven con pocas reglas o sin ellas experimentan ansiedad. Los niños no quieren estar a cargo. Quieren saber que una autoridad (padres, docentes, educadores) están a cargo y que son competentes para ayudarlos a mantener el control.
Sin pautas, reglas ni límites, el niño tendrá un desarrollo pobre y deficiente
La autoestima, la autodisciplina, la ambición y el desarrollo emocional se atrofian sin la orientación y la participación de los padres, lo que afecta la capacidad de toma de decisiones y la identidad propia de un individuo mucho más allá de la infancia.
El control parental no solo es beneficioso sino necesario y tiene efectos negativos inmediatos cuando no está presente y puede poner en peligro a un niño.
Sin límites establecidos, no hay pautas, y vivir sin pautas genera inseguridad. Los padres son la principal fuente de seguridad de un niño y si el comportamiento de los padres indica que no tienen el control, abre la puerta a la incertidumbre.
Los niños superan los límites porque necesitan saber que existen límites y saber que alguien está a cargo de mantenerlos a salvo.
La falta de límites es un riesgo para la propia seguridad del niño
La negligencia es el extremo de la falta de control de los padres y puede conducir a una variedad de comportamientos antisociales que podrían resultar en la intervención de la ley.
En el Reino Unido, se estableció la Orden de seguridad infantil (CSO) para actuar como una medida preventiva temprana para indicar que los jóvenes menores de 10 años están en riesgo. El comportamiento del niño se identifica como antisocial y que causa daño o disturbios en la comunidad y, a menudo, está relacionado con el hogar y la vida familiar, particularmente identificado como falta de supervisión o negligencia.
Se puede emitir una orden de crianza junto con una CSO, con intervención para brindar orientación y apoyo en el desarrollo de responsabilidades de crianza para evitar que los niños sigan el camino de la delincuencia.
La ausencia de límites disminuye el rendimiento y las aspiraciones del niño
La ambición se aprende y los comportamientos correspondientes se desarrollan a través de la familia y el entorno del que forma parte un niño. Los padres lideran con el ejemplo para sus hijos y la cantidad de control parental practicado tiene una gran influencia sobre la ambición de logro de un niño.
La crianza permisiva, un estilo de crianza que no tiene límites ni reglas establecidas, da como resultado niveles más bajos de rendimiento, tal como lo descubrió Phyllis Heath Ph.D., en la edición de 2009 de su libro «Relaciones entre padres e hijos: contexto, investigación y aplicación«. El libro compara la investigación con respecto a la ambición académica y el papel de los padres. Los hijos de estas familias no logran aprender la autodisciplina que se requiere en el aprendizaje académico y como resultado no logran el éxito del que son capaces.