Todas las personas somos diferentes y obviamente también nuestro organismo lo es y va a depender de nuestra edad, sexo, talla, genética, estilo de vida, padecimientos, etc; sin embargo, nuestro organismo responde o reacciona más o menos igual a los demás, cuando es “agredido” por microorganismos “patógenos” (capaces de producir enfermedad): puede haber fiebre, inflamación, tos, diarrea, dolor, etc.
A todo lo mencionado se le llaman “síntomas”, por eso se dice que el tratamiento debe ser “sintomático”, es decir, si te da fiebre, tomas un “antipirético”, uno de los más utilizados es el paracetamol, y también necesitarás ingerir muchos líquidos y/o suero, porque la fiebre deshidrata (sueros y otros líquidos como avena, cebada, Jamaica, etc. Pero nada helado ni con azúcar si eres diabético), si te da dolor, tomas un analgésico (el paracetamol también es analgésico), si el microorganismo que te está agrediendo, inflama algún órgano, necesitas un antiinflamatorio (el coronavirus inflama pero no debes optar por un antiinflamatorio “esteroide” (ejemplo: la dexametazona), que puede tener efectos no deseados a largo plazo, los más usados son el “ibuprofeno” (que es antiinflamatorio y antipiretico) y el “nimesulide” (que es antiinflamatorio, antipiretico y analgésico), y así sucesivamente.
Por eso es importante entender que en el caso del COVID- 19 LEVE y en personas especialmente SIN OTROS PADECIMIENTOS, el tratamiento recomendado es “sintomático”. Tenemos un sistema inmunológico que dará pelea, por eso igual es importante el reposo. En el caso de los pacientes “vulnerables”, todo cambia, es más riesgoso, más peligroso, por eso los pacientes con síntomas leves no deben tomar otros medicamentos por ejemplo para infección o neumonía, si no tienen síntomas de ello, ya que no los necesitan y pueden ocasionarse daños severos a otros órganos sanos.
Y si me atrevo a explicarles esto es porque muchos no lograrán ser atendidos en una unidad médica por la misma saturación de servicios, (a veces hasta a mi me cuesta contestar todos los mensajes por mucho que desee ayudar). Así, con una buena educación para para la salud, podemos evitar complicaciones y un mejor manejo de pacientes con un sistema inmunológico fuerte pero que por el pánico a la enfermedad se “automedican” y que lejos de ayudarse, se hacen más difícil el proceso de recuperación y quizá hasta se compliquen y requieran hospitalización, quintándole lugar a los que verdaderamente lo necesitan por ser de diabéticos, hipertensos, etc.
Si aprendemos, saldremos más rápido de esto; creo que los contagios seguirán, por esos hay que apostarle a la enseñanza y difusión del tratamiento oportuno y adecuado para poder desaturar un poco los servicios médicos y darle oportunidad a los que verdaderamente presentan COVID-19 de moderado a grave.
Si los profesionales de la salud no enseñamos, lo harán (sin mala intención): la o el vecino o el amigo o conocido, solo porque lo oyó o leyó por allá y con riesgo de empeorar la situación del paciente.
No confiarse, el virus tarda de 14 a 21 días, aunque me dure el malestar solo UN día, puedo seguir regándolo o complicarme si no me cuido y continúo con el tratamiento hasta terminar.
(La presente nota la hago porque me preguntan qué tratamiento lleve: fue este y en verdad salimos adelante LOS CASOS LEVES, solo faltaría recomendar una alimentación sana, en nuestra región lo hay: puchero, escabeche, etc. Y la infusión de cebolla, gengibre y miel que alivia la tos, mucho reposo, acostarse boca abajo y vaporizacion si es necesario).
Dios los bendiga. ¡Ánimo! Saldremos adelante! Atte. Lic. En Enfria. Rubí A. Be Chan. Especialista en Salud Pública
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