4 de septiembre de 2020

Aspirina, ¿en realidad ayuda a prevenir los infartos?


Muchos estadounidenses consumen una pequeña dosis de aspirina diaria para eludir infartos de miocardio, eventos cerebrovasculares e incluso cáncer.

Muchos estadounidenses han estado consumiendo una pequeña dosis de aspirina diaria con la esperanza de eludir infartos de miocardio, eventos cerebrovasculares e incluso cáncer. Sin embargo, en la actualidad ya son varios los estudios que cuestionan la eficacia de este hábito.

Una investigación de gran alcance dio seguimiento a más de 19,000 voluntarios sanos de 65 años o más. Los participantes fueron asignados de manera aleatoria a uno de dos posibles tratamientos: 100 miligramos diarios de aspirina (cantidad apenas mayor a la que suele administrarse [81 miligramos]) o un placebo al día por espacio de 4.7 años.

El régimen con ácido acetilsalicílico no disminuyó la probabilidad de desarrollar cardiopatías, demencia o discapacidad; en cambio, sí incrementó el peligro de experimentar hemorragia profusa en el tubo digestivo.

Además, quienes ingirieron aspirina a menudo eran más propensos a morir, en general, tal vez debido a que aumentó su proclividad a sucumbir ante el cáncer.

De manera análoga, de acuerdo con un estudio efectuado en más de 12,500 mayores de 55 años con riesgo cardiovascular moderado, tomar dosis diarias de aspirina no brinda ningún beneficio.

Durante un ensayo clínico en más de 15,000 diabéticos, si bien una pastilla al día consiguió prevenir los infartos cardiacos y los accidentes cerebrovasculares, también produjo hemorragias abundantes.

Finalmente, tras analizar los datos de más de 117,000 personas, los expertos concluyeron que quienes tienen una mayor masa corporal necesitan dosis más elevadas de aspirinas a fin de reducir la amenaza de sufrir ataques al corazón, ictus o cáncer colorrectal.

En suma, aunque existen razones para pensar que la aspirina podría ayudar a los pacientes con antecedentes o riesgo elevado de padecer un infarto de miocardio o un evento vascular cerebral, todavía no se ha comprobado que el medicamento resulte provechoso para otras personas con menor riesgo cardiovascular, en especial si se trata de adultos mayores.

El crecimiento paulatino de la próstata a lo largo del tiempo produce flujo urinario débil, ganas frecuentes de orinar por las noches y otros síntomas en casi 30 por ciento de los hombres de edad avanzada.

Hasta hace no mucho, solo había unas cuantas alternativas para los aquejados: aprender a vivir con el malestar, tomar medicamento o someterse a procedimientos quirúrgicos.

Sin embargo, hoy en día existe una opción relativamente nueva para revertir el agrandamiento de la glándula.

Consiste en aplicar breves chorros de vapor con una aguja, lo cual puede hacerse en el consultorio del médico. Esta intervención ambulatoria toma unos 15 minutos, y el riesgo de padecer efectos secundarios a largo plazo es bajo.

Ilusión médica para aliviar el dolor de rodilla

Durante un pequeño e inusual estudio, 12 pacientes con gonartrosis se colocaron gafas de realidad virtual que mostraban videos en vivo de sus rodillas.

Uno de los investigadores se acercó a doblar o extender con delicadeza las piernas de los afectados, momento en el cual la transmisión se alteró digitalmente para que pareciera que el tamaño de la rótula había cambiado.

Según los voluntarios, al “ver” y sentir que alguien extendía sus articulaciones con la intención de atenuar la rigidez, el dolor disminuyó hasta en 40 por ciento.

Tras someterse de nuevo al procedimiento, los atendidos dijeron que el malestar se había reducido aún más.

“Tal parece que basta ver para creer”, señala la doctora Tasha Stanton, quien llevó a cabo el experimento. Percibir un estiramiento puede calmar el suplicio con una eficacia similar a la de la terapia física o los analgésicos.

No hay comentarios: