21 de abril de 2021

Aniversario luctuoso de Cantinflas | Anécdota

20 de abril de 1993 Un un aniversario más de la muerte de Mario Moreno "Cantinflas" queremos compartir con ustedes está anécdota familiar, para recordarlo. 


....y un día mis abuelos dejaron su bella casa frente al mar de Veracruz para ir a vivir a la bulliciosa Ciudad de México, iban en busca de un mejor futuro para sus hijas, huyendo de la pobreza como muchos otros que dejaron la provincia con la esperanza de encontrar una oportunidad en la gran ciudad. 

Cuando llegaron a la capital rentaron cuartos en una vecindad  que no se parecía nada a esa  soleada casa dónde por las tardes salían a platicar con sus vecinos sentados en mecedoras, disfrutando del fresco de la tarde. Mi abuelo el tiburonero, buscó trabajo de lo que fuera.... pero el trabajo era escaso y las bocas que alimentar eran muchas. Sus sueños no se cumplieron e incluso sufrieron más carencias que las que tenían allá; donde podían ir a pescar para saciar el hambre. 

Pero se amaban y la familia seguía creciendo, tanto así que una noche del 29  de noviembre de 1943 mi abuela empezó con los dolores de parto, mi abuelo la ayudo a vestirse y salieron a la calle en busca de un carro que les hiciera el favor de llevarlos al Hospital General pero la calle estaba vacía, era ya muy tarde y no les quedó más remedio que caminar y caminar por las calles de la ciudad. Gracias a Dios vieron las luces de un carro que circulaba  frente a ellos, mi abuelo en seguida se bajó de la banqueta y se paró frente al auto para obligarlo a detenerse, por supuesto el auto se detuvo y se bajó el chofer que de inmediato llenó de insultos al pobre y humilde hombre que lo había detenido, cuando mi abuelo le explicó la emergencia y le señaló a la mujer que con las manos en el abultado vientre se doblaba del dolor; el chofer corrió a  ventana trasera del lujoso y enorme auto para explicarle a su patrón lo que pasaba, el dueño del automóvil dijo algunas palabras y el chofer regresó con mis abuelos; su patrón  había autorizado que los llevaran al hospital.

El chofer abrió la puerta delantera del auto y se sentaron, mi abuelo intentó voltear a la parte trasera para agradecer al señor su ayuda, pero los gemidos de mi abuela  provocados por las contracciones y la obscuridad de la noche le impidieron ver el rostro del señor que había aceptado ayudarlos en medio de la solitaria noche.

¡Que sorpresa se llevaron mis abuelos al ver que el chofer se detenía en un hospital particular! Mi abuelo le dijo que ¡no!, ¡que ese no era el Hospital General!, que se había equivocado, pero el chofer le dijo que ahí le había dado instrucciones su patrón de llevarlos, que no se preocuparan, que él pagaría el parto, mi abuelo no se atrevía a entrar a ese hospital, no confiaba en que esos extraños pagarían la cuenta. Mi abuela sudorosa y descompuesta por el dolor se negaba a entrar pero el chofer la tomó del brazo y la metió al hospital casi a empujones, una vez en la recepción el chofer se encargó de todo, pagó el dinero que le pidieron por adelantado y esperó a que mi abuelita fuera llevada al quirófano.

A la mañana siguiente, llegó el chofer muy sonriente a visitar a mis abuelos quienes felices le mostraron a su hermoso bebé que había nacido la mañana del 30 de noviembre. Después de saludarlos el chofer les preguntó si era hombre, mi abuela le contestó que era una niña.

- Que lástima -contestó el chofer- me dijo mi patrón que si era hombre él lo iba a apadrinar.

- ¿Y quién es su patrón? preguntó  mi abuelita. 

-Don Mario Moreno "Cantinflas" dijo el chofer, despidiéndose de ellos para siempre ante el asombro y el agradecimiento de mis abuelos. 

Don Mario Moreno no sólo fue un excelente actor y un gran hombre de negocios, también fue un ser humano que ayudó a todos aquellos a quienes podía.

"Lástima que no fue un hombre"... pero gracias a Dios fue mujer, la mujer que me dió la vida.

Texto: Historias de tierra sagrada, mi México

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