Las reglas de seguridad son las mismas para las personas mayores que para cualquier adulto, más algunas otras que dependen de los cambios físicos y su influencia en su modo de vida y forma de relacionarse.
- Sea reservado con los extraños. La soledad y el aislamiento hacen que uno entre en conversación y se confiese con mayor facilidad con personas que no conoce, entre quienes puede encontrarse alguien dispuesto a aprovecharse de la situación de indefensión.
- No consulte con desconocidos cuando no se puede leer o distinguir algo con facilidad (billetes, documentos, cuentas, etc.)
- No adopte una actitud de víctima indefensa o de debilidad. Consulte y defienda sus derechos con firmeza, y no de lugar a que lo engañen.
- No revele a todo el mundo sus datos personales, aunque sea en una charla con el panadero. Sobre todo, evite que se sepa si vive sólo o acompañado, cuánto cobra de jubilación y que día y en qué banco lo hace.
- No cuente a nadie que no sea de su absoluta confianza y que conozca desde hace tiempo su historia familiar (por ejemplo, si tiene o no familia, si ésta vive lejos, etc.) o qué pertenencias tiene.
- No deje entrar a su casa a personas que no conoce o conoce desde hace muy poco aunque sea una potencial relación amorosa, a menos que esté completamente seguro de la persona en cuestión. Si algo es demasiado bueno para ser verdad, lo más probable es que no lo sea.
- Tenga cuidado con estafadores de todo tipo que rondan por los hospitales, realizando visitas “solidarias” para averiguar datos personales y tratar de sacarles dinero.
- Si usted es familiar de una persona mayor internada, no se desentienda de su suerte ni delegue su cuidado en personas que no conoce bien.
- Sepa que hay bandas que tienen personas dedicadas a recorrer los distintos barrios para encontrar personas mayores de buena posición a las que hacer víctimas de un timo o un robo.
- No crea en herencias, premios, encuestas o reportajes poco claros. Si tiene hijos u otros familiares viviendo en el exterior, no haga entrar a su casa al primero que se presente de parte de ellos, aunque mencionen su nombre. Confirme primero con su familiar si conoce a esa persona. Recuerde que una persona que realmente viene de parte de sus familiares difícilmente se presente en su casa sin llamar primero por teléfono.
-Tampoco de información telefónica a nadie que pretenda conocer a sus hijos, si usted mismo no sabe de quien se trata.
No deje entrar a nadie a su casa o edificio aunque digan ser de un servicio público (aunque digan que vienen a leer el medidor), reparaciones de lo que fuera (aunque le digan que hay una pérdida de gas o que es urgente), etc., aún cuando vengan con uniforme.
Avísele al encargado del edificio y que sea él quien les abra. Si vive en una casa, pídales una credencial o documento sin abrirles la puerta y llame por teléfono a la empresa a la que dicen pertenecer para confirmar su identidad. No llame a un numero que ellos le proporcionen, sino al que figura en las boletas, si se trata de una empresa de servicios públicos.