Sus funciones principales, en síntesis, son las siguientes:
Actividad circulatoria. Se encarga de filtrar la sangre procedente del intestino depurándola.
Actividad secretora y excretora. Se encarga de producir bilis,
sustancia encargada de facilitar la digestión de las grasas en el
intestino, entre otras muchas funciones.
Actividad metabólica. Participa en la metabolización de los carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales y vitaminas.
Actividad protectora y destoxificadora.
Actividad hematológica.
Desde el punto de vista de la medicina china, el Hígado, además de
hacer de depósito de sangre y de regular la cantidad de sangre que está
en circulación, en función de las demandas de la actividad física, tiene
una función primordial que es controlar el flujo uniforme del Chi,
evitando su estancamiento.
Los ojos, los tendones y las uñas están relacionadas directamente con el Hígado.
La Ira, las frustraciones, la cólera, son emociones relacionadas con el Hígado.
El equilibrio de la circulación del Chi en el hígado se cosidera básico para el mantenimiento de la salud.
Ejercicio 1. Envío de energía.
Busca un lugar tranquilo y silencioso. Siéntate en postura de
meditación, con piernas cruzadas, o bien en un banquito de meditación,
en una silla con la espalda erguida, o de pie en postura wu chi (ver
Aquí). Cierra los ojos y haz un ejercicio de relajación y de
armonización de cuerpo y mente, con varias respiraciones conscientes.
1.-Centra tu atención en tu hígado. Agradécele las funciones que
realiza para ti. Sonríele internamente. Si está enfermo, háblale, como a
un ser querido, y anímale para su curación.
2.-Frota las
palmas de las manos y colócalas sobre la zona del hígado (costado
derecho de nuestro cuerpo, donde acaban las costillas). Imagina una
corriente de energía que sale de tus manos y la introduces en este
órgano, durante unos tres minutos. (no estés pendiente del reloj, cuenta
unas doce respiraciones si te ayuda)
3.-Visualiza ahora,
durante otros tres minutos, cómo el hígado capta la energía curativa que
le envías y cómo se va regenerando.
4.- Imagina un hígado sano, esponjoso, por el que circula la sangre y el chi, sin obstáculos.
Ejercicio 2. Masaje.
En postura de meditación, tumbado boca arriba, o sentado con la espalda
recta, o bién de pie, en postura wu chi (ver Aquí), entra en estado de
relajación, haciendo tres respiraciones profundas.
1.-Centra tu atención en tu hígado. Sonríele internamente.
2.-Frota las palmas de las manos y colócalas, una sobre otra, con las
palmas hacia abajo, sobre el hígado. Masajea en dirección diagonal,
desde las costillas hacia el ombligo, suavemente, con una presión muy
ligera, nueve veces, mínimo, o múltiplo de nueve.
4.- Visualiza un hígado sano, esponjoso, por el que circula la sangre y el chi, sin obstáculos.
Ejercicio 3.- Sonido curativo del Hígado
El médico chino Sun Si Miao, en le siglo VII de nuestra era, expuso la
teoría de los 6 sonidos curativos. Cada uno de nuestros órganos vibra a
una determinada frecuencia, por lo que, emitiendo determinados sonidos,
podemos sanarlo, al equilibrar su energía ying yang, con la vibración
emitida.
El sonido con cuya vibración sintoniza el hígado es
sshhhhhh.....(se emite con la lengua pegada al paladar, es un sonido
parecido a cuando queremos imponer silencio).
De pie, en
postura wu chi (ver Aquí) o sentado en una silla, preferentemente, con
los brazos relajados colgando en los costados, relájate. Armoniza tu
corazón y calma tu mente.
1.- Centra tu atención en tu hígado. Agradécele las funciones que realiza para ti. Sonríele internamente.
2.-Vacía el aire de tus pulmones y, al tiempo que inspiras, levanta los
brazos, lateralmente, con las palmas hacia arriba hasta que se
encuentren sobre tu cabeza, entrelaza los dedos y gira tus manos con las
palmas hacia el cielo, estira los brazos inclinándote ligeramente hacia
el lado izquierdo (así facilitas la expansión del hígado), al tiempo
que miras hacia arriba, con los ojos muy abiertos, emitiendo, mientras
espiras, el sonido sshhhhhh.... Al expulsar el aire expulsa también los
sentimientos de ira, rabia, cólera, agresividad, asociados a tu hígado y
que tanto lo dañan. Al terminar la espiración, baja los brazos a los
costados.
3.- En esta posición de reposo, durante el tiempo
aproximado de tres respiraciones, sonríele a tu hígado, internamente, al
tiempo que lo envuelves en una luz verde brillante. Envíale
sentimientos de amabilidad y tolerancia.
(El ejercicio se
repite durante durante 3, 6 o 9 veces, con su correspondiente intervalo,
si lo haces en plan preventivo. Si tu hígado está enfermo, debes
hacerlo 9 veces, mínimo, mejor 36.
El sonido no es necesario que sea externo. Debe dirigirse hace el hígado, para que reciba la vibración.
Cuando estés en un lugar en donde no puedas hacer el ejercicio con los
brazos, (guardando turno para pagar en un comercio, con tu coche en un
atasco o en una sala de espera, por ejemplo), haz el ejercicio, sin
movimiento, emitiendo el sonido, de forma subvocal, para ti, para tu
hígado.