Las distracciones que acarrea han demostrado consecuencias gravísimas en términos de siniestros de tránsito, aún con el “manos libres”. Numerosos estudios demuestran que los efectos distractivos de la comunicación por celular (no obstante no tener el teléfono en la mano) son semejantes en ambos casos La atención que demanda la comunicación telefónica, distrae al conductor y la tensión que puede provocar el contenido de la llamada perturba su tarea de conducir, con la consecuente producción de demoras o errores en las acciones. Y esto no se soluciona con un teléfono “manos libres”. La cuestión es tener la “mente libre” de cualquier otra preocupación que no sea la conducción.
El cerebro tiene una capacidad limitada para realizar tareas simultáneas que demandan atención. Cuando se atiende a dos tareas a la vez se las atiende a medias. Los investigadores calcularon que los conductores que se distraen manipulando el celular tienen cinco veces y media más posibilidades de protagonizar un accidente que un conductor atento exclusivamente al camino.
Efectos hablar por celular mientras se conduce:
* Mayor tiempo de reacción para detectar y responder a maniobras inesperadas de otros.
* Dificultad para mantener la dirección.
* Más lentitud para frenar y por ende menor distancia para frenar.
* Dificultad para mantener una velocidad apropiada (en general, más lenta).
* No acatamiento de señales de tránsito (por ej, pasar el semáforo en rojo).
* Reducción del campo de visión (se mira derecho adelante perdiendo la visión periférica o de los espejos).
* Menor distancia con otros vehículos.
* Inadaptabilidad a cambios en el flujo del tránsito.
* Trabajo mental sobresaturado, que aumenta el stress y la frustración.
* Reducción de la conciencia del conductor acerca de lo que ocurre a su alrededor.
* Interrupción de la visión permanente del conductor sobre el camino.
* Mayor tiempo de reacción para detectar y responder a maniobras inesperadas de otros.
* Dificultad para mantener la dirección.
* Más lentitud para frenar y por ende menor distancia para frenar.
* Dificultad para mantener una velocidad apropiada (en general, más lenta).
* No acatamiento de señales de tránsito (por ej, pasar el semáforo en rojo).
* Reducción del campo de visión (se mira derecho adelante perdiendo la visión periférica o de los espejos).
* Menor distancia con otros vehículos.
* Inadaptabilidad a cambios en el flujo del tránsito.
* Trabajo mental sobresaturado, que aumenta el stress y la frustración.
* Reducción de la conciencia del conductor acerca de lo que ocurre a su alrededor.
* Interrupción de la visión permanente del conductor sobre el camino.
Algunas investigaciones asocian los efectos del uso del celular al conducir a los de la conducción alcoholizada. Un estudio en el Reino Unido concluyó que un conductor que usa celular está más limitado que aquellos que tienen una concentración de alcohol de 0,8 g/l . Sin embargo debe destacarse que la limitación del que usa celular es transitoria, durante un lapso que no suele durar más de unos minutos, mientras que la del conductor alcoholizado dura varias horas, y lo acompaña, en general, durante todo el recorrido. Más aún, los conductores que usan celular tienen cierto tipo de control mientras que el intoxicado por el alcohol no tiene mucha conciencia de sus limitaciones, afectando también a su juicio en la conducción, lo que sería diferente en el conductor que usa celular, cuyo juicio está transitoriamente suspendido de actuar. Por ello, los riesgos provenientes de la intoxicación alcohólica siguen siendo mayores que aquellos asociados con el uso de celulares.
Distintos estudios demostraron que los tiempos de reacción son mucho más lentos cuando se habla por celular, lo que puede tener explicación en el hecho de que el pasajero está atento a la situación de la conducción y puede moderar, adaptar o posponer la conversación durante el viaje, cosa que no ocurre con el interlocutor al otro lado del celular.
El peligro es mayor aún si se trata de leer o enviar mensaje de texto!
Más peligrosa aún, es la conducción a ciegas que se produce cuando el conductor mira al teléfono para leer y/o enviar un mensaje de texto.
Más peligrosa aún, es la conducción a ciegas que se produce cuando el conductor mira al teléfono para leer y/o enviar un mensaje de texto.
Conducir leyendo o enviando mensajes de texto es equivalente a conducir a ciegas. Durante esos segundos, no sólo la atención, sino la mirada, deja de estar en el tránsito.
El uso del celular en la conducción es un peligro para todos, aunque no afecta a todos por igual.
Estudios internacionales desarrollados por la OMS, verifican que este peligro afecta a todas las personas, aunque no en forma idéntica, ya que puede ser agravado por:
* la edad (afecta más aún a los conductores muy jóvenes y a los de edad avanzada).
* el sexo (diversos estudios internacionales muestran que los hombres son más proclives al uso del celular en la conducción que las mujeres),
* conductores noveles: los afecta mucho más que a los conductores más experimentados,
* conductores temerarios: los que asumen más riesgos en la conducción (por ej, no usando el cinturón de seguridad, conducen después de beber alcohol) usan con más frecuencia el celular al conducir.
* conductores noveles: los afecta mucho más que a los conductores más experimentados,
* conductores temerarios: los que asumen más riesgos en la conducción (por ej, no usando el cinturón de seguridad, conducen después de beber alcohol) usan con más frecuencia el celular al conducir.
Es importante prestar atención mientras se conduce para poder identificar a otros que lo hacen hablando por celular, ya que son un peligro potencial de accidente, del cual conviene alejarse.
Aunque no pueda verlo usando el celular, seguramente los conductores distraídos por esta razón, circulan erráticamente, sin poder mantener el vehículo en línea recta, y a una velocidad manifiestamente lenta para la vía.
Aunque no pueda verlo usando el celular, seguramente los conductores distraídos por esta razón, circulan erráticamente, sin poder mantener el vehículo en línea recta, y a una velocidad manifiestamente lenta para la vía.