Los simulacros de incendio constituyen una parte importante de la
seguridad de la escuela. Te preparan para lo que puede ser necesario que
hagas en caso de un incendio. Pero, ¿y si se produjera un incendio en
donde tú vives? ¿Sabrías qué hacer? Hablar sobre
incendios puede dar miedo, porque a nadie le gusta la posibilidad de
quemarse o de que se quemen sus cosas. Pero podrías sentirte menos
asustado si estás preparado.
Es recomendable que las familias hablen de lo que harían para escapar
de un incendio. Cada familia utilizará estrategias diferentes. Algunos
niños viven en una casa de una sola planta, mientras que otros viven en
edificios altos. Seguramente tendréis que hablar sobre planes de
evacuación para salir de la casa en caso de incendio y sobre las vías de
escape, así que empecemos por aquí.
Conocer las salidas que puedes usar
Un plan de evacuación puede ayudar a todos los miembros de la familia a salir de una casa que esté en llamas. La idea es salir rápidamente y de manera segura.
El humo de un incendio puede hacer que resulte difícil ver dónde están
las cosas, por lo que es importante aprender y recordar las diferentes
vías para salir de tu casa. ¿Cuántas salidas hay? ¿Cómo puedes llegar a
ellas desde tu habitación? Una buena idea es que tu familia dibuje un
plano que represente el plan de evacuación.
Es posible que una de las salidas resulte bloqueada por el humo o el
fuego, por lo que querrás conocer dónde están las otras salidas. Si
vives en una casa de pisos, querrás saber cuál es la mejor manera de ir
hasta la escalera o a otras salidas de emergencia.
Medidas de seguridad
Si estás en una habitación con la puerta cerrada cuando se declara el fuego, tendrás que tomar otras medidas además:
- Comprueba si entra calor o humo por las rendijas de alrededor de la puerta. (Lo que pretendes es descubrir si hay fuego al otro lado.)
- Si ves que entra humo por debajo de la puerta, ¡no abras la puerta!
- Si no ves humo, toca la puerta. Si quema o está muy caliente, ¡no abras la puerta!
- Si no ves humo —y la puerta no está caliente— utiliza tus dedos para tocar con cuidado el pomo de la puerta. Si el pomo quema o está muy caliente, ¡no abras la puerta!
Si el pomo de la puerta está frío y no ves que entre humo por debajo
de la puerta, puedes abrir la puerta lentamente con mucho cuidado. Si al
abrir la puerta sientes que una oleada de calor o de fuego llega hasta
tu habitación, cierra la puerta rápidamente y asegúrate de que está bien
cerrada. Si no hay humo ni se siente calor cuando abres la puerta,
dirígete hacia la salida de tu vía de escape.