Al presentar su libro “Los secretos de los Cenotes de Yucatán”, el investigador Sergio Grosjeán Abimerhi afirmó que la contaminación, el saqueo y la falta de programas sustentables de manejo son los principales factores que amenazan a estas maravillas naturales en la península.
En el texto el especialista en espeleobuceo resume diez años de investigaciones junto con un grupo de expertos con los que recorrió y documentó cientos de estos sitios a fin de constatar la situación en la que se encuentran.
“Con tristeza y preocupación vemos que el saqueo y la contaminación son dos de los principales problemas que amenazan a estos ecosistemas y ninguna autoridad hace algo por salvarlos”, dijo.
En conferencia de prensa en el cenote del restaurante Tulipanes dijo que desde hace muchos años ha estado lanzando una alerta sobre el deterioro de las reservas naturales que se conocen como cenotes, pero que muy poca gente ha hecho caso.
“La indiferencia de autoridades de los tres niveles de gobierno y la desidia e irresponsabilidad de los lugareños son factores que también inciden en el abandono y deterioro de estas fuentes naturales de agua”, afirmó.
En sitios como Tecoh, Homún y Cuzamá es palpable el deterioro de estos ecosistemas sin que nadie esté interesado en hacer algo para frenarlo, apuntó.
Afirmó poseer evidencias de que muchos cenotes ponen en grave riesgo la salud de los individuos o animales que tienen contacto con sus aguas, pues contienen coliformes fecales, metales pesados y otros químicos provenientes de diversas fuentes, como son las poblaciones, la industria o actividades agrícolas.
Grosejan Abimerhi consideró que en muchos casos, los cenotes pueden representar una verdadera alternativa para el desarrollo económico de algunas comunidades de Yucatán; sin embargo, estableció la urgencia de contar con programas de desarrollo sostenibles que eviten poner en riesgo esos ecosistemas.
Aseguró que hay cenotes en los que han encontrado vidrio, plásticos, condones, toallas sanitarias y algo muy grave, el saqueo de vasijas y osamentas de mayas prehispánicos.
El libro está avalado por Jean-Michel Cousteau, hijo de Jaques Cousteau, director de Ocean Futures Society.
