Los fenómenos climatológicos Gamma y Delta dejaron para Mérida la cifra récord de mil 667 milímetros de lluvia en cerca de cinco días, cuando el reporte anual de precipitaciones para esta zona es de mil 200 milímetros anuales, lo que ha ocasionado una elevación de 5.5 metros sobre el nivel del mar, sostuvo el especialista en hidráulica, Jorge López González
Si bien el huracán Cristóbal que cruzó la zona peninsular en la primera semana de junio dejó lluvias estimadas en 250 milímetros, el subsuelo yucateco, específicamente la zona de Mérida superó 1.5 metros sobre el nivel del mar.
Con Gamma y Delta en la primera semana de octubre el volumen de lluvia fue mucho más copioso e intenso, con un volumen récord histórico de mil 667 milímetros, un registro nunca antes reportado para Mérida y zonas conurbadas.
El también docente de la Universidad Marista destacó que, si bien el acuífero logró recibir con cierta dificultad los volúmenes que dejó Cristóbal, no tuvo tiempo para capturar las grandes cantidades de lluvia que dejaron Gamma y Delta y es notorio que cenotes, aguadas y zonas del litoral están por encima de los límites conocidos.
Declaró que el seguimiento de los fenómenos que han cruzado la zona peninsular y sobre Mérida indican que, desde 1955, con el huracán Hilda, no se tenían reportes de inundaciones en la magnitud en la que están sufriendo colonias y comisarías de Mérida.
En 1955, Mérida tenía una población estimada en 200 mil personas, posteriormente, en 1966 el huracán Inés, también dejó importantes precipitaciones, encharcamientos, pero no inundaciones como las que se han visto ahora.
Para 1988, el huracán Gilberto impactó con potentes vientos, pero no dejó mayores afectaciones al subsuelo por lluvias, hasta qué, en 2002, el huracán Isidoro marcó una diferencia al incrementar el volumen de precipitaciones, más que la fuerza de sus vientos.
Tuvieron que pasar 18 años para que la península, en especial Mérida, registrara tres fenómenos casi consecutivos que han modificado su capacidad y fortaleza, ya que en estos tres sistemas climatológicos aportaron grandes volúmenes de agua y la intensidad de sus vientos no fueron tras agresivos.
La razón de las inundaciones en las colonias del norte de la ciudad es que, está a 5 metros del manto freático y es la zona más cercana al litoral, en tanto que la pendiente o declive del centro de la península hacia la costa mantendrá el flujo del agua para que el subsuelo retome el nivel del mar.
“Este fenómeno de inundaciones no se presentó sobre Valladolid y Tizimín, porque el manto freático de esta zona está a 40 metros de profundidad. Sin embargo, es notorio que el volumen del agua se elevó, porque el espejo de agua del cenote Zací en Valladolid, está muy arriba de su estatus normal, quizá a unos 4 metros por encima”, recalcó.
Es importante que las autoridades municipales tomen muy en cuenta estos datos para retomar acciones en las nuevas disposiciones de los asentamientos humanos de la zona norte de Mérida, colonias, fraccionamientos y comisarías, tendrán que tener nuevas disposiciones en la construcción de pozos pluviales.
“Es muy probable que esto se repita el próximo año o en un período más corto, de ahí que la planeación de los asentamientos deberá tener una visión más amplia, a 25 años, en las exigencias para la construcción de vivienda y dotación de infraestructura y protección de los asentamientos humanos”, concluyó.
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