Todos tenemos talentos diferentes, un líder se toma el tiempo para descubrirlos en las personas con las que convive y los ubica donde podrán potenciarlos y brillar.
“Gillian es una niña de siete años que no puede sentarse en la escuela. Se levanta continuamente, se distrae, vuela con los pensamientos y no sigue las lecciones. Sus profesores se preocupan, la castigan, la regañan, premian las pocas veces que está atenta, pero nada, Gillian no sabe sentarse y no puede estar atenta.
Cuando llega a casa, mamá también la castiga. Así que Gillian no sólo tiene malas notas y castigo en la escuela, sino que también los sufre en casa.
Un día, la madre de Gillian es llamada a la escuela. La señora, triste como quien espera malas noticias, la toma de la mano y va a la sala de entrevistas. Los profesores hablan de enfermedad, de un trastorno evidente. Quizás es hiperactividad o tal vez necesite un medicamento. Durante la entrevista llega un viejo profesor que conoce a la pequeña. Pide a todos los adultos, madre y colegas, que lo sigan a una habitación contigua desde donde todavía se la puede ver. Al irse, le dice a Gillian que volverán enseguida y le enciende una vieja radio con música. Como la niña se encuentra sola en la habitación, inmediatamente se levanta y comienza a moverse hacia arriba y abajo persiguiendo con los pies y el corazón la música en el aire. El profesor sonríe mientras los colegas y la madre lo miran entre confundidos y compasivos, como a menudo se hace con los viejos. Entonces él dice:
"¿Ven? Gillian no está enferma, ¡Gillian es bailarina!".
Le recomienda a la madre que la lleve a una clase de baile y a sus colegas que la hagan bailar de vez en cuando.
Ella asiste a su primera lección y cuando llega a casa le dice a su mamá: "Todos son como yo, ¡allí nadie puede sentarse!"
En 1981, después de una carrera de bailarina, de abrir su propia academia de baile y recibir reconocimientos internacionales por su arte, Gillian lynne se convierte en la coreógrafa del musical “Cats”.
Ojalá todos los niños “diferentes” encuentren adultos capaces de acogerlos por lo que son y no por lo que les falta”.
Reflexión:
Que vivan las diferencias, las ovejitas negras y los incomprendidos. Son quienes crean belleza en este mundo.
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