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18 de mayo de 2021

Que le pasaría a un astronauta si se abre su traje



Si un astronauta decidiera quitarse el casco en el vacío, pasaría por un calvario. En primer lugar, y de inmediato, todo el aire que tenía en los pulmones sale disparado con más fuerza que un estornudo. 

Unos segundos después, el astronauta empieza a experimentar los efectos de la anoxia; es decir, la falta total de oxígeno en las células. También defecaría de inmediato. 

Luego, el astronauta se da cuenta de que sus orificios nasales están muy secos y su saliva está “hirviendo”, pero no está caliente. Como explica la ley de Boyle, cuando la presión disminuye, el volumen aumenta; en el vacío no hay presión, así que el agua se convierte en un gas inmediatamente (aunque la temperatura no suba).

La piel, por su parte, se pondría muy tensa; una rigidez incluso dolorosa. El cuerpo se hincha por completo. Pero no explota como. Se hincha hasta que la tensión de la piel se iguala con la tensión exterior. 

El sistema circulatorio es un circuito cerrado, así que cuando baja la presión arterial porque los vasos sanguíneos se expanden, la sangre de las venas entra en ebullición, según de nuevo, por la ley de Boyle. Esto ocurre también en los ojos, pero no se saldrían de sus órbitas.

Tras ello, las burbujas de gas en las arterias del astronauta podrían bloquear la correcta circulación de la sangre lo cual, puede ser mortal de muchas maneras distintas. 

En el espacio el astronauta está expuesto a radiación cósmica de todo tipo, pero si puede observar el Sol, eso quiere decir que está muy cerca de la estrella y entonces se quemará inmediatamente, debido a los rayos UVA que impactarán contra su piel pues no cuenta con la protección de la atmósfera. Primero se quema el pelo, las cejas y el vello de cualquier tipo.

Si el astronauta está en la sombra entonces probablemente se encuentre a cientos de grados bajo cero. Pero no se congelaría, ya que el calor necesita algo adonde transferirse, y cuando se está en el vacío no puede irse a ningún lado, así que se mantiene en el cuerpo.

El astronauta se quedaría inconsciente en 15 segundos. Lo sabemos por los estudios que se han realizado con chimpancés y por los errores que han cometido los humanos en el espacio o en cámaras de vacío en la Tierra. 

15 segundos es lo que tarda la sangre sin oxígeno en llegar al cerebro y dejarlo inconsciente. Después el astronauta se quedaría flotando en el espacio, hinchado y con la sangre en ebullición, pero con el corazón todavía latiendo. 

Sus compañeros tendrían hasta 3 minutos y medio para rescatarlo con vida: es el tiempo máximo que sobrevivió sin secuelas uno de los chimpancés usados en las pruebas.

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