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20 de junio de 2019

Que función tenía un cabus de tren?


El Cabús era ese simpático carro amarillo, parecido a una pequeña casa que traían materialmente todos los trenes de carga o mixtos enganchados al final de su convoy.

Estos carros que se volvieron todo un ícono en nuestros ferrocarriles hasta finales de los años noventa en que desafortunadamente se extinguieron, al ser alcanzados por la nueva tecnología de los Aparatos de Fin de Tren (AFT), tenían como función principal el brindar resguardo a la tripulación que viajaba en ellos, como eran el conductor y los garroteros, quienes a su vez tenían la misión de ayudar a mantener la seguridad en la operación del tren, vigilando desde la cúpula el funcionamiento del convoy, detectando posibles fallas como las “CajasCalientes” a través del humo blanco que salía por los trucks de los carros, las zapatas de freno en mal estado, objetos que pudieran irse arrastrando, o cualquier otro desperfecto en los furgones o en la carga que pudiera poner en riesgo la seguridad de su tren.

Los miembros de la tripulación tenían también la muy importante responsabilidad de proteger su tren cuando estos hacían paradas en el camino sobre la vía principal, para ello contaban con lámparas de señales, Luces de Bengala, Banderas rojas y petardos que debían usar a la distancia reglamentaria al frente y en la parte posterior de su tren. 

El conductor que viajaba en el cabús, tenía ahí su propia oficina en donde llevaba el control de todos los movimientos que tenía que realizar el tren en su ruta, los encuentros con otros trenes, así como los carros cargados y vacíos que debía dejar o recoger en determinados lugares. Llevaba también el monitoreo de la presión de aire de los frenos del convoy a través de un manómetro y una válvula que podía accionar para incluso detener totalmente el tren, en caso de que el maquinista no lo hiciera. 

En el cabús literalmente se vivía, tenía una estufa para cocinar alimentos, que también servía de calefacción en épocas de frio y camas para descansar en jornadas muy largas, lucían increíbles con sus dos lámparas marcadoras o indicadores en su parte posterior. Sin embargo a pesar de todos estos atractivos, el cabús al estar acoplado al final del tren era un lugar peligroso para trabajar, el fuerte movimiento del Slackeo o juego de acopladores cuando el tren arrancaba o se detenía de improviso, repercutía fuertemente en el cabús, haciendo que las personas que viajaban en el, pudieran lastimarse o incluso caer en el piso.

El terrible riesgo de un “Alcance” de otro tren en la parte posterior, era un riesgo de fatales consecuencias para sus ocupantes. A través del tiempo el simpático cabús es ahora ya un mero recuerdo del pasado rebasado por la moderna tecnología. 

Cuando estábamos a la orilla de la vía viendo pasar un tren carguero, era muy bonito primero saludar al maquinista y al fogonero en la cabina de la locomotora, y después al final del tren, decirle adiós a la tripulación que viajaba en el cabús. Nunca lo olvidaremos.

Autor | Alberto Ramírez

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