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27 de agosto de 2018

Los abuelos dejan huellas en el alma de los nietos


Los abuelos dejan huella en el alma de los nietos, pues su amor es tan profundo, incondicional e inmenso que no pueden evitar demostrarlo de todas las formas posibles. Estos ángeles de la guarda en vida son la fuente de sabiduría y ejemplo de vida de muchos niños que los toman como modelo.

Estos seres únicos y especiales convertidos en puntos cardinales de nuestra infancia, marcan a fuego nuestros corazones con cada momento compartido devenido en el más memorable recuerdo o en una adorable anécdota con exceso de ternura.

Por eso, en esta oportunidad, decidimos homenajear a aquellas personas que son la base de la vida de toda criatura dado que ayudan durante la formación del carácter y la personalidad del infante, sacando lo mejor de cada niño e intensificando sus emociones y sentimientos al máximo.

Los abuelos no solo son la brújula de cualquier niño, sino también sus eternos cómplices. Ellos prefieren abrazar a sus nietos para tranquilizarlos, antes que juzgarlos o señalarlos. Son los recuerdos felices, las sonrisas, travesuras y los caprichos cumplidos.

Además, los abuelos enseñan a sus nietos a ser pacientes ofreciéndoles su apoyo emocional y sus consejos en momentos de crisis e inestabilidad, así como también les ayudan a superar cualquier pérdida o desvinculación familiar, por muy dolorosa que sea.

Gracias a estos seres ‘corrugados’, la comunicación de la criatura se torna más emocional porque los abuelos tienen el don de corregir de modo diferente, ayudando al menor a ser más crítico y a ver la vida con otros ojos, compartiendo sus historias, saberes y conocimientos adquiridos a lo largo de su vida.

Transmiten aficiones como caminar, cuidar de las plantas y cocinar, pero también inculcan la tradición y las historias familiares. Tienen la capacidad de llenar la vida de los nenes con canciones, juegos y cuentos de antaño, los cuales se caracterizan por su impactante belleza y útiles enseñanzas.

Aun con cierta de dificultad para mirar de lejos, los abuelos tienen la capacidad de ver -sin recurrir a anteojos- todo lo bueno de sus nietos, esas criaturas maravillosas llenas de magia y aparentemente carentes de lado oscuro. Para ellos, esos niños que alegran su vida, son los mejores del mundo y no tienen defectos.

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