Páginas

11 de agosto de 2014

7 frases que los padres jamás deben decir a sus hijos

A veces resulta inevitable: cuando los padres están cansados o estresados y las discusiones con sus hijos (sean niños o adolescentes) se hacen más acaloradas, existen algunas frases graves que salen entre la discusión y que pueden perjudicar bastante a ambas partes.
padre e hijo
Si se llega a suscitar una discusión, lo ideal es intentar mantener el autocontrol –principalmente para no arrepentirse después de las cosas que fueron dichas al calor del momento y que no representan la realidad.
Los efectos de estas afirmaciones dichas pueden ser mucho más drásticos de lo que uno imagina o planea. Y, como dice un proverbio chino, no hay vuelta atrás cuando la palabra es pronunciada. Pensando en ello, la especialista en educación infantil Miriam Aguirre listó algunos ejemplos de frases cruciales que los padres, en teoría, no deberían decir a sus hijos, incluso en situaciones mayores, ya que podrían daños para el resto de su vida.

1. Nunca haces nada bien.

Ni a los adultos nos gusta escuchar esto, imagina a un niño inocente o un adolescente intentando encontrarse a sí mismo en la vida – el peso de esta frase puede ser mucho mayor en ellos. Si tu hijo comete un error o varios errores secuencialmente, afortunadamente existen otras maneras de conversar con él.

2. Me gustaría que fueras como tu hermano.

Comparar a los hijos no es algo ideal, ya que cada uno posee comportamientos y personalidades completamente diferentes – y, en consecuencia, no son un objeto de comparación. Todos somos diferentes y únicos, aunque seamos de una misma familia.

3. Eres gordo/feo/burro

Los niños creen e interiorizan las frases que los padres les dicen, así de simple. Cuanto más pequeños sean, más cierto les resulta. Al afirman tales cosas, la autoestima de los pequeños puede ser sacudida a grandes niveles. Hay otros aspectos involucrados en decir cosas negativas a los hijos y siempre resulta ideal reconocer los puntos fuertes antes que enfatizar las debilidades.

4. Me avergüenzas.

Algunos hijos tienen una mayor necesidad de atención y pueden gritar, correr, saltar y patear en público. En el caso de estos niños, quizá lo único que necesiten sea más atención (o una atención específica). ¿Qué tal planear un espectáculo en casa donde tu hijo sea la estrella principal? Es una buena alternativa para dar cabida a esa necesidad de mayor atención, menciona Aguirre.

5. Ojalá que nunca hubieras nacido.

Miram Aguirre menciona que jamás deberías decir esto a tus hijos, incluso si lo tomas como un juego. Todos necesitamos saber que somos deseados y queridos, independientemente de los errores que cometemos.

6. Me cansé, ya no te quiero.

Es normal que cuando los niños no consiguen lo que quieren digan cosas como que no aman a sus padres. Pero si haces lo mismo, el resultado puede que no sea muy bueno, ya que también estarás reaccionando de una forma infantil. La reacción correcta, de acuerdo con Aguirre, es que los padres expliquen detalladamente porque los hijos no pueden hacer determinada cosa, en vez de responderle con el mismo argumento.

7. No llores, no es nada grave.

Según Aguirre, jamás debemos subestimar los sentimientos de los pequeños. Son niños y puede que no sean capaces de sentir tantas emociones como un adulto – y las disculpas de que no tienen preocupaciones, como pagar las cuentas, no tienen cabida aquí, ya que ellos pasan por otro tipo de miedos y ansiedades del propio crecimiento. Es importante no menospreciar un conflicto interno, por menor que este sea, pues para quien lo siente es algo muy poderoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario