Una buena comunicación entre padres e hijos es indispensable para fortalecer la seguridad de niños y adolescentes, estrechar los lazos afectivos, así como descubrir y solucionar lo que les inquieta o preocupa. La comunicación puede prevenir que nuestros hijos sean presa de las malas compañías, de la delincuencia o del consumo de drogas.
Cuando hay buena comunicación en nuestra familia, las relaciones con cada uno de los miembros se hace más estrecha, crece el compañerismo y se forma un ambiente de unión y afecto en el hogar que puede vencer casi cualquier adversidad. Para poder llegar a este punto debemos de fomentar el diálogo con nuestros hijos desde pequeños, mostrando interés por lo que hacen, por sus amistades, sus preocupaciones, sus gustos etc.
Una forma de ganarnos la confianza de nuestros hijos y hacerles sentir que son importantes para nosotros, es escucharlos atentamente cuando hablen sobre algún tema o inquietud por insignificante que pudiera parecer. En ese momento debemos dejar de hacer cualquier otra actividad y centrar toda nuestra atención en ellos, evitando juzgarlos y por el contrario dando consejos positivos; manteniendo siempre la calma, la empatía y la tolerancia para lograr que asimilen la orientación que necesitan.
El estar abiertos a todo tipo de temas hará que los pequeños puedan hablarnos sin miedo ni tabúes. Es mejor que busquen información en casa que con amistades o extraños, pues la mayoría de las veces son personas poco confiables que pueden confundir al niño o dejarlo con una percepción errónea de las cosas.
Los padres debemos ser modelos a seguir para nuestros hijos, recordemos que ellos aprenden con el ejemplo; si nos mostramos siempre sinceros y les damos la confianza necesaria, los ayudamos a manejar sus sentimientos y a resolver de la mejor forma sus dificultades. Algo muy importante es la congruencia entre lo que decimos y hacemos.
Es necesario resaltar que independientemente de la conducta de nuestros hijos, siempre tendrá prioridad el diálogo con ellos; las agresiones físicas o los insultos nunca solucionan los problemas, sólo empeoran la situación.
Estos sencillos consejos pueden ayudar a lograr la comunicación eficiente entre padres e hijos, lo que dará como resultado una mejor convivencia familiar y un desarrollo integral de niños y jóvenes.
Cuando hay buena comunicación en nuestra familia, las relaciones con cada uno de los miembros se hace más estrecha, crece el compañerismo y se forma un ambiente de unión y afecto en el hogar que puede vencer casi cualquier adversidad. Para poder llegar a este punto debemos de fomentar el diálogo con nuestros hijos desde pequeños, mostrando interés por lo que hacen, por sus amistades, sus preocupaciones, sus gustos etc.
Una forma de ganarnos la confianza de nuestros hijos y hacerles sentir que son importantes para nosotros, es escucharlos atentamente cuando hablen sobre algún tema o inquietud por insignificante que pudiera parecer. En ese momento debemos dejar de hacer cualquier otra actividad y centrar toda nuestra atención en ellos, evitando juzgarlos y por el contrario dando consejos positivos; manteniendo siempre la calma, la empatía y la tolerancia para lograr que asimilen la orientación que necesitan.
El estar abiertos a todo tipo de temas hará que los pequeños puedan hablarnos sin miedo ni tabúes. Es mejor que busquen información en casa que con amistades o extraños, pues la mayoría de las veces son personas poco confiables que pueden confundir al niño o dejarlo con una percepción errónea de las cosas.
Los padres debemos ser modelos a seguir para nuestros hijos, recordemos que ellos aprenden con el ejemplo; si nos mostramos siempre sinceros y les damos la confianza necesaria, los ayudamos a manejar sus sentimientos y a resolver de la mejor forma sus dificultades. Algo muy importante es la congruencia entre lo que decimos y hacemos.
Es necesario resaltar que independientemente de la conducta de nuestros hijos, siempre tendrá prioridad el diálogo con ellos; las agresiones físicas o los insultos nunca solucionan los problemas, sólo empeoran la situación.
Estos sencillos consejos pueden ayudar a lograr la comunicación eficiente entre padres e hijos, lo que dará como resultado una mejor convivencia familiar y un desarrollo integral de niños y jóvenes.
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